¿Será inteligente generar la habilidad en las conversaciones de oír en lugar de escuchar?. Pues no. Algunas conversaciones son mejor oírlas y otras son mejor escucharlas. 

Las conversaciones tienen cientos de temas, desventajas y ventajas que tienen propiedades para no sufrir y proteger el corazón de culpas. En cierto caso hablar sin sabiduría destruye una buena conversación y en otros casos se potencian y se intensifican. 

Por ejemplo, las críticas y la acusación son altos en un beneficio llamado evaluación que te ayuda a identificar que tan cierto es lo que dicen. Para la mente es más difícil este beneficio cuando es escuchado e incluso si se acompaña de tu espíritu se puede transformar en un buen consejo. 

Hay conversaciones erradas que solo destruyen tu vida de muchas formas por eso lo mejor es oírlas, pues cuando las interiorizan causan en confusión, esto podría modificar nuestras expresiones y acciones en algún momento. Igual pasa cuando escuchamos conversaciones ajenas son difíciles de interpretar y causan molestias e incomodidades.

Otro via con doble cara es nuestra mente, es la forma que aporta más confusión en nuestra vida, aprender a diferenciar cuándo oirlas previene enfermedades, preocupaciones, ansiedades, y tiene menor carga de emociones pero cuando las escuchas no es bueno todo el tiempo, elevas los cuestionamientos y al mismo tiempo minimiza los beneficios que pueden traer. 

Las redes sociales, los vídeos, la tv son otra forma que aportan más beneficios si sabemos diferenciar cuando oír y escuchar. Tiene a tener mucha más confusión de esta forma.

Entonces, ¿qué hacer? Escoger ambas formas, tanto oír como escuchar. Desde todo punto de vista lo peor es hacer caso omiso a todo, aprende a elegir la mejor opción del momento.