- Elizabeth Camaño
- 8 jul 2022
- 1 Min. de lectura

En ocasiones llegamos a tener ideas erradas de lo que vivimos, en este caso, ser neutro. Esta actitud es necesaria, ya que nos acompaña en los procesos diarios, ayuda a mantener el equilibrio junto con el Espíritu Santo, entre otras.
Se recomienda aplicarlo en cada situación del día a día. Esta actitud la podemos descubrir en momentos como: miedo, tristeza, tragedias y problemas. Esta pueden generar molestias y toma de malas decisiones.
Por eso hay que tratar de minimizar las emociones en momentos de debilidad y reemplazarlo por actitudes que nos lleven a ser neutros, como por ejemplo: respirar profundo, meditar y responder.
Algo que puede ayudar significativamente es invitar al Espíritu Santo con frecuencia. Es importante tener el estado neutro, es decir; ni muy alto ni muy bajo, ya que este realiza funciones que ayudan a llegar a metas planteadas, y si se sale de su rango puede sabotear los esfuerzos realizados.
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